Vivía en México, en extrema pobreza, no tenía ningún tipo de educación,
pero soñaba con una vida mejor. Solo con muy poco dinero para alimentar ese
sueño, se dirigió a Los Ángeles, en donde usó sus últimos siete dólares para
tomar un taxi que la llevaría a la casa de un pariente lejano.
Roberta se negó a vivir de la caridad de otros. Rápidamente encontró dos
trabajos como lava copas, y haciendo tortillas desde la medianoche hasta las
seis de la mañana. Esto le permitió ahorrar quinientos dólares que invirtió en
su propia máquina de hacer tortillas.
Con el correr del tiempo, y con mucho esfuerzo, Roberta se convirtió en la
directora del mayor negocio de venta de mayorista de alimentos de México en el
mundo. Y agregado a este éxito, Roberta Banuelos fue escogida personalmente por
Dwight D. Eisenhower para ser la trigésimo séptima Ministra de Hacienda de los
Estados Unidos.
Ella fue ejemplo de lo que Eisenhower dijo acerca de los sueños que
impulsan nuestro futuro: “Tenemos éxito solamente si elegimos un objetivo
predominante en la vida, en la guerra o en cualquier otro lado, y conseguir que
todas las demás circunstancias se inclinen ante ese único objetivo”.

¿Cuál es el sueño que tú quisieras realizar? La gente vive de sueños,
ilusiones, con pensamientos muy valorables y significantes para cada uno, pero
¿Cuánto les va a tomar realizarlo?
Yo he tenido varios sueños que quisiera realizar antes que parta de este
mundo. He realizado algunos, pero otros siguen en el aire. Me parezco a muchos
que han pasado por lo mismo; tienen sueños, los cuales han podido realizar
algunos, y otros no. ¿Por qué no todos se han realizado, sin son de muy buena
intensión? Porque, sea por nosotros o por alguien que interfiere, hemos
menguado en la fe y las fuerzas para lograr a realizar ese sueño.
Unos de mis sueños realizados fue escribir un libro que fuera de valor
cristiano y espiritual. Aunque ya había escrito tres libros de reflexiones no
tenía dentro de mi corazón ese sueño realizado. Porque las reflexiones vienen
acompañadas de algunas historias mías, pero la mayoría son anécdotas que leo en
la internet o que me envían. Por lo tanto no fue hasta que escribí el libro “A
la final trompeta” que me vi realizar ese sueño. Después que lo recibí y lo
leí, me di cuenta que había mucho más por escribir, y que tenía que hacerle una
segunda edición, y escribir otros libros que el Señor ya me ha puesto en el
corazón, y en esas estoy. ¿Tengo el tiempo? No, pero tengo que aprovechar
los pequeños momento que tenga para hacerlo.
Sabemos que, además del tiempo, tenemos una familia que atender, un empleo
que cumplir y muchos compromisos. Y cuando vemos estas cosas nos desanimamos,
lo dejamos todo para después, y el después pasa y nunca terminamos lo que con
tantos deseos comenzamos. Perdemos la fe en lo que comenzamos a hacer, y cada
vez vemos las cosas más difíciles. Así que solo queda de nosotros; si lo
realizamos o no.
El Señor siempre está a tu lado, dándote ánimo y fuerzas para que luches
por lo que tanto deseas. Queda de ti si lo quieres hacer. ¿O piensas que él te
quiere ver derrotado?
Dice en el libro de Filipenses 2:13 “porque Dios es el
que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.”
O sea, que si algo está en nuestro corazón, que sea agradable a Dios, y
deseamos de todo corazón realizar eso que sentimos, la biblia dice que Dios es
quien produce eso en nosotros. Él es quien pone su propósito en nosotros y
luego nos da el ánimo para hacerlo. Somos nosotros lo que sacamos el ánimo de
nuestro corazón.
Así que ¡anímate! Lucha por tus sueños. No te rindas,
ponlo todo en las manos del Señor. Y recuerda que lo que hagas sea para
glorificarlo a él.
Marcos 9:23 Todas las cosas son
posibles para el que cree.
Mateo 17:20 Jesús les dijo: Por
vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de
mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será
imposible.
Colosenses 3:23 Y todo lo
que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres;
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