En el Perú, la población económicamente activa
(PEA) está compuesta por 17.8 millones de personas, 95% de las cuales tienen
empleo, esta es una de las razones por las que el Perú tiene el segundo mercado
laboral más eficiente de la Alianza del Pacífico, según el Reporte de
Competitividad Global de la WEF.
“Sin embargo, la cifra sería más alentadora si no fuera porque
solo el 27.5 % es formal”, indicaron las especialistas de Tax & Legal de
KPMG en Perú, Ahmed Vega y Carla Romero.
Ellas elaboraron un análisis comparativo de algunos aspectos
laborales de los países miembros de la Alianza del Pacífico, para la VI Cumbre
Empresarial que se realizó en Lima.
Vega refirió que la tasa de formalidad en el empleo refleja la
tarea pendiente para mejorar la calidad en la contratación, necesaria para
colaborar con el cumplimiento de los objetivos de la Política Nacional de
Competitividad y Productividad.
“En ese sentido, el aporte de la Alianza del Pacífico resulta
muy valioso pues nos permite discutir oportunidades y compartir experiencias de
buenas prácticas empresariales y de regulación, como en el caso de Chile, donde
la tasa de empleo formal llega al 71%”, subrayó.
Entre otros datos, el análisis muestra las principales
actividades económicas en las que se concentra el trabajo en cada país.
Así, tenemos que el 26% de la PEA ocupada en Perú está
concentrado en actividades primarias como la agricultura, pesca y minería,
mientras que en Colombia y Chile un 27% y 18%, respectivamente, se dedican a la
actividad comercial. En el caso de México, el 16% se encuentra concentrado en
el sector manufactura.
Remuneración y
costos laborales
Parte del análisis se refiere a la Remuneración Mínima Vital
(RMV) que, entre los países de la Alianza, es más alta en Chile con 424 dólares
mensuales, seguido por Perú con 282 dólares, Colombia con 255 dólares y México
con 139 dólares.
No obstante, un mayor nivel de la RMV no necesariamente favorece
a una mayor competitividad del mercado laboral, ya que también pueden generar
un impacto negativo sobre el empleo e incentivar la informalidad, según lo
señalan algunas posiciones.
Respecto a los costos laborales que afrontan los empleadores,
Perú tiene el nivel más alto de la Alianza que puede llegar hasta un 49% sobre
la remuneración mensual, lo sigue Colombia hasta un 45%, México hasta un 40% y
Chile hasta un 32%, en los distintos regímenes laborales.
“Estos porcentajes sólo incluyen los costos más relevantes, por
lo que podrían ser más altos todavía, lo que constituye una de las barreras a
la formalidad laboral”, señalan las especialistas.
Una referencia que incorpora, entre otros, el efecto de los costos
laborales es el ranking de prácticas de contratación y despido de trabajadores.
Según el RCG 2018, Perú se sitúa en el puesto 128, seguido de
Chile en el 124, Colombia en el 109 y México en 105.
“Los costos laborales son un aspecto relevante en la
competitividad de nuestro mercado laboral, por lo que la regulación debe buscar
equilibrar los intereses del empresariado, del Estado en su rol de promotor del
bienestar social y de la población en su derecho a un trabajo digno. Esto nos
lleva a realizar la búsqueda del mejor equilibrio, para no afectar las
decisiones del crecimiento económico y mejorar la competitividad laboral”,
indicó Ahmed Vega.
Nuevas tendencias
Un tema en desarrollo para todos los países miembros de la
Alianza es la regulación de las nuevas tendencias laborales como el trabajo en
plataformas digitales¸ que incluye el impacto en el mercado laboral que tienen
los trabajos a través de aplicativos y páginas web.
“México es el primer país miembro de la Alianza del Pacífico que
regula este tipo de trabajo, considerando que quienes participan en este nuevo
tipo de economía son trabajadores de quienes dirigen las plataformas
digitales”, dijo Carla Romero.
“Chile y Colombia han enviado propuestas a sus congresos con la
finalidad de regular el tema, mientras que Perú ha conformado un grupo de
trabajo para evaluar esta realidad laboral”, agregó.
El análisis comparativo realizado por KPMG es un vistazo general
a las condiciones que se tienen en los países miembros de la Alianza, pero sin
duda existen muchas otras coincidencias y diferencias que pueden ser analizadas
y tratadas para promover la competitividad en diversos aspectos y en especial
en el aspecto laboral.
Fuente: andina.pe
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