El
presidente de IPAE, Gonzalo Galdos Jiménez, conversó con Correo respecto a la
actualización de IPAE Mide, el indicador de la entidad que analiza la
institucionalidad del país, su crecimiento económico sostenible e inclusivo, el
factor educativo y el acceso a la igualdad de oportunidades.
¿Por qué es necesario tener
este indicador?
Porque hay una serie de aspectos
que son importantes para el desarrollo del país, que acompañan la parte
económica y que no se han tomado en cuenta en el pasado en términos de ser
monitoreados y evaluados cuantitativamente para ver si estamos mejorando o
estamos retrocediendo como país... IPAE Mide es un reporte de ocho indicadores
que a su vez tienen 36 subindicadores de base y queremos que se transforme en
un elemento de conocimiento que ayude a decir, en forma objetiva, si el país
está avanzando, está estancado o está retrocediendo.
¿Y cuáles han sido los resultados de la segunda actualización?
Tenemos, de alguna forma algunos
sentimientos encontrados con relación a esta actualización. En el caso de
institucionalidad sólida, hemos tenido un retroceso y esto es, lógicamente, también
un fiel reflejo de la de la situación. En crecimiento económico también hemos
mostrado algo de deterioro, pero hay una noticia alentadora, que hay una cierta
recuperación en los dos últimos años en los aspectos de libertad económica y
economía competitiva, formal, sostenible e inclusiva. En el caso de educación
de calidad sí te podría decir que también ha habido una mejora en la parte de
ejecución presupuestal, pero también nos enfrentamos al mismo problema político
de siempre, que es la rotación de ministros de Educación.
¿Por qué es un problema?
Porque el periodo de vigencia de
un ministro está siendo demasiado corto y eso impide cualquier avance en el
frente de educación y calidad y en revertir los indicadores de las pruebas
censales que nos dicen que estamos pagando un precio muy alto a la pandemia en
el tema educativo (...) Este sector requiere más estabilidad que la que puede
proporcionar el estilo de gestión de un ministro o el perfil de profesional de
un ministro.
¿Y respecto a la economía?
Hay una recuperación de la
confianza empresarial, que va a ser lenta y progresiva, pero que finalmente lo
que todos esperamos es que se traduzca en inversión nueva, no en inversión de
mantenimiento sino en inversión nueva, fresca. Esto requiere confianza, pero
claramente para impulsar una mayor recuperación tenemos que seguir manteniendo
el manejo macroeconómico responsable y promover políticas de inversión pública
sectorial.
¿El exceso de regulación es un
punto a mejorar?
Necesitamos controlar cualquier
resquicio que pueda haber de corrupción, pero eso no significa pasar a
convertir una iniciativa de obra por impuestos en una pesadilla burocrática,
que hace que las empresas no estén interesadas en ese tema. Entonces, ese
balance es el que se tiene que recuperar porque ahorita necesitamos inversión,
porque si no hay inversión no vamos a pasar de este exiguo crecimiento de 2% en
la economía al seis o 7% como mínimo que requerimos para seguir reduciendo
pobreza.
¿Cuál sería el camino a seguir?
Hay tres grandes frentes: la
recuperación de confianza a través del marco que ofrece el Ejecutivo y que
claramente esa recuperación de confianza se ve a través de que no haya
sobrerregulación y se tome se tome el riesgo de volver a confiar.
Tenemos que tomar ese riesgo de
volver a confiar, porque paralizados como estamos, no vamos a llegar ni a la
esquina. Entonces ese hay que tomar el riesgo de volver a confiar el uno en el
otro: el sector privado confiar en el Estado; el Estado volver a confiar (en el
empresario) y la población en el estamento empresarial.
¿Pero desde el Congreso se
emiten leyes que quieren limitar la actividad empresarial?
Tenemos un problema si se toman
medidas populistas con el objeto de aumentar los controles y aumentando la
fiscalización. Bueno, vamos a hacer un país que tiene un marco regulatorio
sumamente rígido desde el punto de vista de control, pero que no necesita
controlar nada porque no hay actividad empresarial. O sea, ¿de qué nos sirve
tener un marco tan riguroso si lo único que vamos a hacer es desalentar la
recuperación de confianza y la no inversión? Entonces son momentos para tomar
decisiones políticas importantes…
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