Creo yo que esta es la mas grande pregunta que
se hacen muchísimas mujeres en la actualidad. Hay quienes pueden pensar que no
deberían someterse a su marido inconverso por el hecho de que no
saben nada de DIOS y ellos están "llenos de pecado", y otras que
creen que sí, pero siempre estando a la defensiva porque con el diablo nunca se
sabe.
Así también ustedes,
las esposas, respeten a sus esposos, a fin de que los que no creen a la
palabra, puedan ser ganados más por la conducta de ustedes que por sus
palabras, cuando ellos vean su conducta casta y respetuosa. 1 Pedro 3: 1-2
El versículo que hemos leído anteriormente
habla por si solo con respecto al titulo de este artículo. Si siempre lo has
leído y nunca has comprendido su contenido, vuelve a leerlo, te aseguro que te
va a maravillar.
Antes de continuar con este tema quiero que comprendas, tanto si
eres mujer o varón, lo que en verdad la Biblia dice sobre el que una
mujer este sometida a su marido. Pues el falso concepto
de sumisión a menudo se usa
para manipular y controlar a las mujeres. Aboga por una callada obediencia y servilismo,
y niega a la mujer un valor irreemplazable en su relación
matrimonial. Además, ignora el potencial que tiene un hombre de ser
autoritario y tosco en su intento de ser “el que gobierna” la casa.
Des afortunadamente, algunos líderes cristianos han contribuido con este falso concepto de sumisión pasando por alto las obligaciones del esposo de amar a su esposa. Esa es una tergiversación extrema de la intención de Pablo en Efesios 5:22-30. Siendo que la sumisión de una esposa a su marido es una respuesta de su amor y devoción al Señor primero. Ella se somete al Señor por tener un corazón humilde y agradecido, no porque sea una esclava, sino una sierva. De la misma forma, la sumisión bíblica en el matrimonio es servicio, no esclavitud. Una esposa piadosa está motivada a someterse a su esposo, no por temor, interés propio ni autoprotección, sino por amor. 1 Pedro 3:6
Hoy en día
muchas esposas cometen el grabe error de luchar con sus propias fuerzas para
que sus esposos lleguen a los pies de Cristo. Inequívocamente ponen en duda la
soberanía y el Poder de DIOS. Suena terrible pero es así. Creo que la falta de
confianza en la Palabra de DIOS es el impulsador de muchos pecados.
Y es que debemos partir del punto básico de que nadie llega a
DIOS si no es ÉL mismo quien le trae (Juan 15:16); y es ÉL
mismo quien coloca el querer como el hacer para que ese llamado sea efectivo (Filipenses 2:13),
siendo DIOS quien afina nuestro oído para escuchar su voz (Juan 10:27). Teniendo
esto en claro, debemos reconocer que solo nuestro Padre es quien puede hacer la
obra en los esposos y llevarlos en amor a ÉL.
La instrucción del Apóstol Pedro señalada en 1 Pedro 3:1-2 podríamos interpretarla como"HABLAR SIN PALABRAS", y que para las mujeres puede parecer muy compleja, pues parte de su naturaleza ─y no quiero sonar ofensivo─ es hablar todo el tiempo sin parar; y eso sin olvidar que cada mujer tiene un instinto maternal que también busca cobijar a su esposo, lo cual es un terrible error, pues no fueron llamadas a ser la segunda madre para su marido, sino llamadas a ser AYUDA IDÓNEA y estar sujetas a él.
Por ello Pedro comienza este capítulo 3 con la expresión ''ASÍ MISMO", puesto que en el capitulo 2 él habla que como cristianos debemos estar sumisos a nuestros líderes y autoridades, y llegando al capítulo 1, el Apóstol nos recuerda que somos un pueblo escogido por DIOS y Santo. Allí, en ese capítulo, Pedro nos recuerda que el propósito de nuestro llamamiento es dar testimonio de DIOS, para ello que nos menciona los diferentes escenarios donde nuestro testimonio debe reflejar a DIOS mismo. Es así que comienza hablar directamente a las mujeres recordándoles su compromiso matrimonial: el sometimiento a sus esposos.
Probablemente te estarás preguntando, ¿cómo
puedo yo someterme a este hombre que no conoce de Dios? Y la respuesta es
sencilla, ese sometimiento es directamente a Cristo. Entonces, puede surgir una
segunda pregunta: ¿Pero cómo voy a estar confiada y tranquila en someterme a un
hombre que ni siquiera se somete a Cristo? Y allí quiero que pongas tu
matrimonio en la perspectiva correcta. Nuestro matrimonio es un reflejo de la
relación de Cristo por su iglesia, y aunque obviamente el papel de Cristo en
esta metáfora lo debe asumir el varón, en esta situación puntualmente quiero
que seas tú quién se ponga por un momento en ese lugar. Cristo dio su vida por
su iglesia. Le ha sido fiel a pesar de que ella no lo haya sido, ha sido
paciente, amoroso, y a pesar de nuestro pecado, se dio a si mismo por nosotros.
Entonces bajo esa perspectiva la respuesta es mucho más clara, debemos
someternos a nuestros esposos por obediencia al Padre.
Esta debe ser tu confianza plena: que tu sometimiento es directamente a DIOS, y tu obediencia
es directamente al mandato divino.
Siendo obedientes a esta instrucción estarás
reflejando una hermosa imagen de Cristo a tu esposo y allí tus palabras
sobrarán; de manera que no necesitarás llenar sus días de reclamos, o amenazas,
o hacerle sentir que tan pecador es, tan poco tienes que recordarles cual es el
destino que tiene todo aquel que no entrega su vida a Cristo, porque aunque estés compartiéndole
grandes verdades del evangelio, lo estarás haciendo de la
manera incorrecta.
Recuerda, tu papel es reflejar la gloria de
Cristo con tu propia vida, así
que prepárate para ello, aliméntate día a día de la
Palabra de Dios, ora sin cesar, se obediente a aquello que te muestra la
palabra de Dios, ama a tu esposos con ese amor desinteresado y entregado de 1 Corintios 13:4-8.
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