Alrededor
del 35 por ciento de los miembros adultos de la iglesia en Gran Bretaña, donde
sirvo, son solteros, así que claramente el tema de la soltería tiene un gran
interés personal para muchas personas en nuestras iglesias. Cada persona va a
tener una experiencia diferente. Hay diferencias de edad. Ser soltero a los 20
es muy diferente a estar soltero a los 30, 40 o 70. Existen diferencias
circunstanciales: algunos nunca se han casado, mientras que otros son
divorciadas, viudas o viudos. Y hay diferencias experienciales: algunos han
optado por ser solteros y tienen básicamente contentamiento; otros anhelan
casarse y se sienten frustrados.
¿Qué
le dice la Biblia a todas estas personas?
1. La soltería es un regalo de Dios.
Mucho
de nuestra sociedad está estructurado en torno a las parejas. Por lo general es
asumido que los adultos tendrán un compañero y que hay algo bastante extraño en
ellos si no lo tienen por cualquier período de tiempo. Oscar Wilde resumió la
opinión de muchos: “El celibato es la única perversión sexual conocida”.
No
hay nada nuevo en esta visión negativa del celibato. En el primer siglo, el
rabino Eleazar dijo, “Cualquier hombre que no tiene esposa no es un hombre
correcto”. El Talmud fue aún más lejos: “El hombre que no se casó a los 20 está
viviendo en pecado”. Teniendo en cuenta estos antecedentes, es asombroso lo
positivo que es el Nuevo Testamento en torno a la soltería. Pablo habla de ella
como un “regalo” (1 Corintios 7:7), y Jesús dice que es bueno “para aquellos a
quienes les ha sido dada” (Mateo 19:11).
Un
amigo una vez perteneció a un grupo de jóvenes de la iglesia para adultos
llamado “Pares y repuestos”. A los solteros podemos hacerlos sentir como
repuestos en las familias, en los grupos sociales y en las iglesias. Un hombre
estaba tan harto de que le preguntaran “¿Todavía estás soltero?” que comenzó a
responder, “¿Todavía estás casado?”. Debemos resistir la implicación de que la
soltería es lo segundo mejor. La Biblia no dice eso. El matrimonio es bueno,
pero también lo es la soltería: ha sido “dada” a algunos.
Pero
¿y si yo no creo que tenga el “don” de la soltería? No me parece que sea fácil
estar solo, y deseo casarme; ¿significa esto que estoy experimentando lo
“segundo mejor”? No. Cuando Pablo habla de la soltería como un regalo, él no
está hablando de una habilidad en particular, algunas personas tienen que estar
contentas solas. Más bien, él está hablando del estado de la soltería. Mientras
lo tengas, es un regalo de Dios, al igual que el matrimonio será un regalo de Dios,
si alguna vez lo recibes. Debemos recibir nuestra situación en la vida, si se
trata de la soltería o el matrimonio, como un don de la gracia de Dios para
nosotros.
2. La soltería tiene ventajas.
Pablo
menciona dos ventajas de la soltería en 1 Corintios 7:
Los
solteros están libres de los “problemas” del matrimonio. Hay muchas grandes
bendiciones en el matrimonio, pero hay dificultades también. Es comprensible
que las parejas cristianas a menudo no hablen abiertamente sobre las cosas
difíciles que enfrentan, lo que puede dar a los solteros una visión de color de
rosa del matrimonio. Pero hay un lado negativo, incluso cuando la relación de
una pareja casada es buena: la vida es más complicada. Hay más de una persona a
considerar en las decisiones sobre el uso del tiempo, el alojamiento, las
vacaciones, incluso el menú diario. Y hay más de una persona de la cual
preocuparse. Los niños traen gran placer, pero también gran ansiedad. El
matrimonio trae “muchos problemas en esta vida” y, Pablo dice: “Quiero ahorrarte
esto” (1 Corintios 7:28). Él menciona estos problemas aquí principalmente por
el soporte que tienen en el punto siguiente.
Las
personas solteras pueden dedicarse más plenamente a la obra de Dios: “El
soltero se preocupa por los asuntos del Señor, de cómo agradar al Señor. Pero
el casado se preocupa de las cosas de este mundo, de cómo agradar a su mujer y
sus intereses están divididos” (1 Corintios 7:32-34). Una parte vital de la
responsabilidad cristiana de las personas casadas es cuidar de su cónyuge e
hijos. Eso debería tomar tiempo, tiempo que no puede, por tanto, ser gastado en
el crecimiento de las personas, ayudando en un campamento, haciendo las
finanzas de la iglesia, o conduciendo un estudio Bíblico.
Los solteros tienen
más tiempo para dar a tales cosas. No es ninguna coincidencia que muchas
actividades de la vida de la iglesia dependen en gran medida de los que no
están casados. Algunos conscientemente deciden quedarse solos para dedicarse a
la obra cristiana. La mayoría de las personas solteras no han elegido la
soltería de esa manera y sin embargo, tienen las mismas ventajas que aquellos
que lo han hecho. En lugar de centrarse en las dificultades de ser solteros,
como hacen algunos, todos debemos aprovechar al máximo las ventajas del don de
la soltería de Dios mientras lo tenemos.
3. La soltería es difícil.
Cuando
Dios vio a Adán por su cuenta en el Jardín del Edén, Él dijo: “No es bueno que
el hombre esté solo. Haré ayuda idónea para él”, Génesis 2:18. Así que Eva fue
creada para satisfacer la necesidad de compañerismo de Adán, y los dos se
reunieron de por vida en la relación sexual del matrimonio. Aunque el Nuevo
Testamento es positivo acerca de la soltería, no hay duda de que el matrimonio
es considerado como la norma. Es el regalo de amor de Dios a la humanidad y el
mayor contexto en el que se cumple nuestro deseo de intimidad. Es por los tanto
probable que los solteros luchen con la soledad y la tentación sexual. Esas
luchas ciertamente no son exclusivas de los solteros, pero son una parte muy
importante de su condición individual. Algunos buscarán eliminarlas casándose.
Otros elegirán no casarse o se sentirán incapaces debido a sus circunstancias,
su personalidad, o su atracción sexual. Es probable que se enfrenten a una
batalla de por vida con la soledad y la tentación sexual.
Esas
dos batallas están estrechamente relacionados. Mientas más solos estemos, es
más probable que tendremos que luchar con la fantasía sexual y que caigamos en
el pecado. Tenemos que ser proactivos en la búsqueda de ayuda en estas áreas.
Nosotros no estamos diseñados para estar por nuestra cuenta, y si no estamos
apara casarnos, ya sea a corto o largo plazo, debemos tratar de satisfacer
nuestra necesidad de intimidad en otras relaciones. Eso significará tomar la iniciativa
de mantener un estrecho contacto con amigos y familiares. Debemos ser
disciplinados en “huir de la fornicación”, 1 Corintios 6:18. A menudo ayuda
tener uno o dos amigos cercanos a quienes tengamos que rendir cuentas en esta
área.
4. La soltería no es permanente.
Muchos
de los que están actualmente solos un día se casarán. Otros seguirán estando
solos durante toda su vida. Pero ningún cristiano estará solo para siempre. El
matrimonio humano refleja el matrimonio que Dios quiere para disfrutar con su
pueblo para siempre. La Biblia habla de Jesús como el novio que un día volverá
a tomar su novia, la iglesia, para estar con Él en la nueva creación perfecta.
Ese día todo el dolor desaparecerá, incluyendo el dolor de un matrimonio
difícil o la soltería. Dios enjugará toda lágrima de los ojos y un gran grito
será escuchado: “Regocijémonos y alegrémonos, y démosle a El la gloria, porque
las bodas del Cordero han llegado y su esposa se ha preparado”, Apocalipsis
7:17; 19: 7.
Después
de haber hablado sobre el cielo, una señora soltera mayor me dijo: “¡No puedo
esperar por el día de mi boda!”. Todos debemos compartir la misma esperanza. Y
ya podemos experimentar algo de ese matrimonio íntimo con Cristo aquí en la
tierra por la obra del Espíritu en nuestras vidas. Las relaciones humanas sí
importan, pero ninguna es tan importante como nuestra relación eterna con
Jesús.
Una última palabra a aquellos que son solteros:
·
Gracias a Dios por el don de la soltería. Sea cual sea tu
experiencia en la soltería reconócela como un regalo de Dios y saca el mayor
provecho de ella.
·
Haz todo lo posible para ser piadoso. Es fácil para aquellos
que son solteros caer en un estilo de vida egoísta, egocéntrico y en el pecado
sexual, ya sea en pensamiento o acción. Sé auto-disciplinado y responsable ante
los demás.
·
Mantén tus ojos fijos en el cielo. Es nuestra relación eterna
con Cristo que importa en última instancia.
Una última palabra a aquellos que están casados:
·
No pienses en la soltería como lo segundo mejor. El predicador y
autor cristiano John Chapman hablaba de amigos que lo tomaban para dar largos
paseos diciéndole que debería estar casado. Él comentó: “Hubiera sido una gran
ayuda si hubieran leído la Biblia, ¿no?”.
·
Recuerda que tu familia es toda la iglesia. No debe haber
personas solitarias en nuestra iglesia. Tenemos que estar abriendo nuestras
casas entre nosotros y relacionarnos no solo en la familia nuclear, pero en la
familia de la iglesia.
·
Mantén tus ojos fijos en el cielo. El matrimonio humano importa,
pero no va a durar para siempre (Marcos 12:25). Nuestra relación con Cristo
debe venir primero.
Escrito por VAUGHAN ROBERTS
Publicar un comentario