La verdad sea dicha: la idea de orar por un futuro esposo me
parecía atroz. Siempre asocié ese acto con desespero. Incluso, hasta hace poco,
un par de amigas, muy bien intencionadas por supuesto, me recetaban un arsenal
de indicaciones para acercar a Mr. Right o, por lo menos, para esperarlo sin
morir en el intento. Entre sus instrucciones siempre estaba el orar sin cesar
por ello. Luego de escucharlas, agradecía sus gestos y les respondía con un
“que llegue cuando tenga que llegar, ¿cuál es el afán?”. Lo cierto es que,
aunque no me parece descabellada la idea de que un día realmente aparezca, no
lograba entender el punto de orar por alguien que aún no llegaba y del cual no
tenía la mínima idea con que batallas luchaba. Sin embargo, y en aras de la
sinceridad, no niego que llegué a hacerlo un par de veces, pero lo hice con las
motivaciones incorrectas.
Mi actitud un poco llena de prejuicios, un tanto llena de miedos
y muy abarrotada de mecanismos de defensas absurdos, cambió significativamente
cuando tropecé con un par de lecturas que explicaban de forma exhaustiva la
importancia de orar por los hombres que forman y formarán parte de nuestras
vidas.
Una de ellas fue escrita por Anna Bachinsky en su blog daughterbydesign.wordpress.com. Este artículo
particularmente me pareció muy interesante, así que hice mi mayor esfuerzo por
traducirlo y compartirlo con ustedes:
Orando por mi futuro esposo
Hace unos seis meses atrás, sentada en mi
habitación, clasificando algunas tareas y hojas de trabajo de mis adolescentes
de la iglesia, me crucé con una hoja de peticiones de una de mis chicas. Leí
algo que me conmovió y me detuvo a pensar. No sé qué pregunta estaba
respondiendo, pero ella escribió: “Oro para que algún día Dios me bendiga con
un esposo piadoso y para que podamos tener una buena familia cuando nos hayamos
casado”.
De repente me sentí muy mal, pues allí estaba
una de mis chicas, con tan solo 13 años de edad, recordándome orar por mi
futuro esposo. La mayoría de las veces olvido que debo orar por mi propio
marido también.
Y no me malinterpreten, he orado por mi esposo
desde muy chica también. Si hay algo que aprendí durante mis años de
adolescencia es que nunca es demasiado temprano para empezar a orar por tu
esposo, no importa si tienes 10 años o 15 años. Pero al recordar todos esos
años atrás me doy cuenta que no oraba exactamente de la forma correcta. Mis
oraciones iban más o menos por estas líneas: “Dios, por favor, haz que mi
esposo exista en cualquier lugar allá afuera. Por favor, ayúdalo a venir hacia
mí lo más pronto que él pueda… ¡Ah… y bendícelo a él también”. Estoy segura que
ya mi esposo existe y existía para cuando tenía 13 años, sino creo que tendré
que esperar un LARGO tiempo por él.
Recuerdo también haber hablado con algunas
buenas esposas, quienes me contaron lo mucho que oraron y ayunaron hasta que
sus esposos entraron en sus vidas. Una de ellas ayunó junto a su familia y otra
lo hizo una vez a la semana durante un año. ¿Yo? Oraba por él cuando me
acordaba y ayuné solo un par de veces. ¿Y sobre hacer a mi familia parte de
esto? La única vez que le pedí a mi familia que empezara a orar por mi futuro
esposo era cuando mis hermanos pequeños querían apoderarse de mi habitación,
así que les decía que era mejor que empezaran a orar rápido.
¿Cómo orar por él?
Entonces vino mi pregunta: ¿cómo debo orar por
mi futuro esposo? Este hombre que nunca he conocido o que conozco pero no tengo
ni una pista de que es “el elegido”. Cuando mis amigos me piden orar por ellos,
sé exactamente cómo orar, sé con qué están luchando, pero cómo oro por alguien
que no sé realmente cómo anda su vida.
Entonces decidí que ya era tiempo de hacer lo
que tenía que hacer en este orden: hablar con Dios sobre esto, encontrar un
buen libro sobre este tópico y, la típica, googlear. Por supuesto hice las
tres.
Después de orar por eso, decidí que lo que
necesitaba hacer debía incluir… “la lista”. Sé que si eres hombre estas dos
palabras te hacen muy feliz, pero esta lista es algo diferente a las que
típicamente hacen las chicas. No tiene nada que ver con la apariencia física ni
una hoja de vida o qué tan emocionante es su vida (aunque eso también importa),
estas líneas tienen que ver más con esas cualidades que debe tener un hombre
para ser un buen futuro esposo, padre y líder del hogar basado en la Palabra de
Dios, y lo que él necesita hacer para conseguir esas cualidades si no las tiene
ya. Entonces tengo que orar para que Dios obre en esas áreas de su vida todos
los días.
Claro, no es justo crear “la lista” para mi
futuro esposo y no tener una lista para mí misma. Estoy lejos de ser perfecta
(y por suerte). Actualmente sé las cosas que debo trabajar diariamente. Creé mi
propia lista, una de cualidades que una esposa, madre y “ayuda idónea” debería
tener y lo que necesito hacer para llegar a serlo. También le pedí a Dios que
me ayudara a trabajar esas áreas en mi vida también.
Con respecto al libro, hay muchísimos de
esposas que quieren orar por sus esposos, pero no hay muchos escritos para
jóvenes solteras que quieren orar por sus futuros esposos. Encontré solo uno
con este tópico en específico: “Orando por mi futuro esposo” por Robin Jones
Gunn y Tricia Goyer.
Lo interesante de este libro es que está
escrito para jovencitas y adolescentes que quieren orar por sus futuros
esposos. No para jóvenes adultas que ya salieron de la universidad y están
listas para un trabajo real, así como seguir con su vida y establecerse con su
esposo. Lo chistoso es que esas niñas de 12, 15 y 16 años caminarán por el
pasillo hacia su esposo posiblemente dentro de un largo tiempo. ¿Por qué
simplemente no orar por él cuando ya lo conozcan y estén planeando su boda
juntos?
Antes de responder esa pregunta, debemos echar
un buen vistazo a los hombres en nuestro mundo. Los hombres son llamados a ser
líderes espirituales y terrenales. Ellos son la columna vertebral de la
familia, de la nación, del cuerpo de Cristo, porque Dios le dio a cada uno de
ellos un llamado especial, que consiste en abrir caminos con la autoridad dada
por Él. Los hombres tienen un papel primordial en determinar cómo se guiará una
nación, cómo se orientará la crianza de nuestros hijos y nuestras iglesias. Y el
enemigo sabe perfectamente esto, por ello es que desde temprana edad, bombardea
a los chicos con cosas que dificultan su crecimiento y evitan que se conviertan
en los hombres que Dios diseñó. Su plan es acabar con ellos incluso antes de
que intenten ser hombres obedientes al Señor. Él sabe que la sociedad será tan
débil como sus líderes.
Esto no significa de ninguna manera que el rol
de las mujeres es insignificante en el mundo, en la iglesia y en la familia.
Las mujeres también tienen un rol irremplazable en estas áreas. Por supuesto,
también tienen un papel determinante en alentar o desalentar a los hombres a
convertirse en los líderes piadosos que están llamados a ser. Satanás tiene sus
propios ataques y planes contra las mujeres también, pero él sabe que la mejor
manera de llegar a las mujeres es conseguir primero a los hombres en sus vidas,
ya que ellos son nuestras figuras de autoridad.
Actualmente hay un problema global que debe
enfrentar esta generación de mujeres cristianas y es ese desequilibrio que hay
entre ellas como mujeres que honran a Dios y los hombres en sus vidas, que no
se enrumban precisamente hacia el camino que Dios diseñó para ellos. Esto deja
a muchas cristianas jóvenes haciéndose la misma pregunta: ¿qué se supone que
debemos hacer? ¿Sentarnos y preocuparnos hasta que estos hombres mágicamente
tengan una epifanía donde se darán cuenta que necesitan hacer algo con sus
vidas? ¿O comer helado mientras vemos películas y aparece una versión
no-realista del príncipe azul? No, no es algo que podamos hacer por nuestro
futuros (y presentes) maridos, hay que entrar en la zona de guerra y luchar por
ellos en la única manera que podemos: orando.
No podemos meternos en sus zapatos y tomar
decisiones correctas por ellos, pero podemos orar para que todos los días
puedan enfrentar los ataques que el enemigo hace para derribarlos y evitar su
crecimiento. Y entre más pronto empecemos a orar por ellos, mejor. Por esta
razón es que es importante que las chicas oren por sus futuros esposos y padre
de sus hijos.
¿Ahora que debemos tener en cuenta al momento
de orar por él? Estos son algunos puntos que recomienda en este libro
particularmente:
·
Por su corazón.
·
Porque sea un apasionado por Dios.
·
Por su paciencia.
·
Por su comprensión.
·
Por su intimidad.
·
Por su confianza.
·
Por la lista.
¿Qué les parece, chicas? ¿Se animan a orar por su papá, amigos,
hermanos y futuro esposo?
Escrito por Laura Acosta
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