El tiempo sigue siendo el bien
menos aprovechado en el matrimonio y en la familia. De manera inconsciente, en
la mayoría de veces, las parejas suelen desperdiciar centenares de horas en
cosas poco significativas cada uno por su lado. Lo preocupante de esto es que
son pérdidas graduales y por ello inadvertidas, pero reales. Tal situación nos
lleva a convertirnos en simples observadores de nuestra relación. Eso conspira
en contra nuestra limitando el potencial de que seamos personas protagónicas en
un proyecto de vida conjunta que soñamos, que necesitamos o que deseamos se
realice.
Si
estamos junto a nuestra pareja y pasamos el tiempo abstraídos o distraídos el
uno del otro es tiempo de recomenzar. Si llega el momento de no saber qué
decirse cuando se encuentran solo los dos y más aún, si en esos momentos sus
miradas se pierden en el vacío, sin que ella o él capte tu atención es tiempo
de que gasten más tiempo en celebrar, reír, planear y agradecer al Dios que un
día él los unió con su bendición y para que sean de bendición.
Fuente: radiohcjb.org
Publicar un comentario