El término “interacción con la Biblia” puede
significar muchas cosas totalmente diferentes para los diferentes líderes. Para
algunos significa que sus jóvenes están familiarizados con las historias
bíblicas claves, o han memorizado pasajes bíblicos apropiados, o talvez saben
dónde están los diferentes Libros en la Biblia.
Para otros líderes, es importante que sus jóvenes entiendan la narrativa
bíblica, y cómo todas las historias bíblicas encajan dentro de una historia más
amplia. Muchos líderes ven una seña de interacción bíblica saludable en el tipo
de preguntas que sus jóvenes están haciendo, por ejemplo: interrogantes bien
pensadas y exigentes que desafían a las respuestas fáciles.
Como he hablado con jóvenes líderes de todo el mundo acerca de su
comprensión sobre la interacción bíblica, y específicamente en torno a lo que
es una interacción bíblica “saludable” en la práctica, he reunido los 5
elementos que le permiten a un joven encontrarse con las Escrituras en formas
“saludables” que dan vida.
La interacción
bíblica saludable puede suceder cuando nos acercamos a las Escrituras en
comunidad, en oración, contextual y honestamente.
Permítame profundizar un poco más en cada una
de ellas
En comunidad
A
menudo vemos la lectura bíblica personal como “la meta” cuando se trata de
lograr que los jóvenes interactúen con las Escrituras. De acuerdo a las
investigaciones que hemos realizado aquí en Australia, los jóvenes tienen 10
veces más probabilidad de interactuar profundamente con las Escrituras si
participan en un grupo de pares, con un líder que actúe como mentor para ellos.
Cultivar
comunidades saludables significa tener la intención de construir una cultura de
inclusión, donde los jóvenes pueden aportar preguntas difíciles, historias
personales, opiniones y experiencias de la Biblia al grupo. Si los jóvenes se
sienten seguros, y capaces de ser vulnerables, es un paso inmenso para ellos
interactuar también profundamente con las Escrituras.
En oración
Cuando
humildemente invitamos al Espíritu Santo a que nos guíe y hable mientras
interactuamos con las Escrituras, hacemos espacio intencionalmente para que
Dios pueda hablarnos. También reconocemos que Dios habla a las personas
diferentemente y que en esa diversidad podemos escuchar colectivamente de Dios
en formas nuevas y sorprendentes.
Yo
lo encuentro verdaderamente motivante escuchar de personas que hablan sobre
cómo Dios les habla con voz suave en sus metes mientras leen y reflexionan
sobre un pasaje de la Biblia, porque esa no es la forma como Dios parece
“hablarme” a mí. Parece ser que cuando leo un pasaje muchas veces con otra
persona, hay palabras o frases particulares que parece que resaltan para mí. Yo
me encontré esta cita de autor desconocido que creo que reafirma esta idea:
“Las Escrituras se vuelven la Palabra que da vida solamente cuando el Espíritu
de Dios energiza a la persona que la lee.”
Como narrativa
Yo
recibo respuestas interesantes tanto de jóvenes y líderes cuando les pregunto
“¿Qué ES la Biblia? Es raro que reciba una respuesta que hable de la Biblia
como una historia excepcional de Dios y su creación, o de todas las historias
de la Biblia que son parte de una narrativa predominante más amplia.
De
hecho, no es una pregunta que se hace muy frecuentemente, y la mayoría de las
respuestas se enfocan en que la Biblia es una serie de historias al azar, o que
la Biblia es un libro que nos muestra cómo vivir o quién es Dios. Si podemos
leer las distintas partes de las Escrituras conscientes de la narrativa
predominante, nos permite ver donde las “partes” que estamos leyendo encajan en
la historia “completa”. Nos permite ver lo que Dios está haciendo en ese punto
de la historia bíblica –mientras se está consciente de lo que ha sucedido antes
y lo que está por suceder–.
Contextualmente
Entender
algo de la cultura y contexto de las historias y personajes en las Escrituras
nos permiten comprenderlas, apreciarlas en su contexto original. Esto puede
hacerse si aprovechamos los trabajos de los diferentes eruditos bíblicos, y
formulamos preguntas simples al texto tales como:
·
¿Qué género es este Libro en particular (es decir, sabiduría, profético,
poesía, ley)? ¿Quién lo escribió y a quién estaba dirigido?
·
¿A qué asunto se estaban refiriendo (es decir, un evento en particular, un
asunto cultural, etc.)?
·
¿Cómo lo debe haber entendido el lector/escucha original?
·
Con todo esto en mente, ¿Qué podría estar diciéndonos Dios hoy en día?
Honestamente
Todos
leemos las Escrituras con distintos “lentes”: cosas como nuestro género, edad,
contexto familiar, experiencias de la vida, localidad y crianza, todo determina
cómo interpretamos y encontramos significado en las Escrituras. Tener esto en
cuenta y revisarlo nos puede ayudar a ver y escuchar nuevas cosas en la interacción
con las Escrituras, y aprender de otros que son diferentes de nosotros.
Yo
crecí en una familia conservadora que iba a la iglesia y tuve una niñez muy
estable. Eso da forma a la manera cómo interpreto las Escrituras. Cuando
recientemente me senté con un amigo de África del Norte quien a diario enfrenta
amenazas a su vida por ser cristiano, fue refrescante y desafiante conocer su
interpretación de los distintos pasajes, simplemente por su situación y
experiencia de la vida.
Reconocer
que hay mucho que nosotros no entendemos, ni entenderemos jamás, es importante
y nos permite manejar la tensión que podemos sentir cuando hay una interrogante
no resuelta.
¿Qué
es la “interacción saludable con la Biblia” para usted en su contexto? ¿Qué
elementos añadiría a estos 5, o qué cambiaría?
Fuente: www.unitedbiblesocieties.org
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